Los corales constructores de arrecifes han sufrido daños sin precedentes en el último siglo, principalmente debido a la creciente presión humana sobre las comunidades coralinas.
Uno de los retos más devastadores a los que se enfrentan los corales del Caribe es el brote de la enfermedad de pérdida de tejido en corales duros (EPTCD), que se detectó por primera vez en Florida en 2014. Desde entonces, se ha extendido rápidamente a 26 países del Gran Caribe, causando graves impactos en los arrecifes de coral susceptibles.
Nuestros socios, el Parque Marino de Roatán y la Asociación para la Conservación de las Islas de la Bahía, llevan 2 años monitoreando la evolución de la EPTCD en las Islas de la Bahía de Honduras. He aquí algunos aspectos destacados de los esfuerzos realizados en colaboración con el Comité Técnico de las Islas de la Bahía para mitigar sus efectos y sensibilizar a la población.
Monitoreo y Análisis de la Propagación
En enero de 2020, comenzaron los esfuerzos de monitoreo para detectar la EPTCD en la isla de Roatán en Honduras, tras su primer registro en Flowers Bay en septiembre de 2020. Utilizando la metodología del buceador explorador (nadar sobre arrecifes de coral para observar), se recogieron datos de presencia-ausencia para seguir la progresión de la enfermedad. Durante un periodo de 13 meses, la EPTCD se extendió por las Islas de la Bahía, afectando al menos a 28 especies de coral duro.
Roatán y Utila fueron las islas más afectadas, ya que la enfermedad las rodeó rápidamente a un ritmo aproximado de 155 m/día. También surgieron patrones geográficos, observándose una progresión más rápida de la enfermedad en el lado de barlovento de Roatán en comparación con el lado de sotavento.
Comprender la Propagación de la EPTCD
Aunque todavía no se conocen las causas exactas de la EPTCD, se cree que en su propagación intervienen diversos factores naturales y humanos.
En el ámbito natural, el estrés térmico y las corrientes oceánicas parecen estar correlacionados con los brotes de EPTCD. Por ejemplo, las temperaturas más altas del agua y las condiciones específicas de las corrientes superficiales podrían estar relacionadas con brotes de enfermedades.
Desde el punto de vista humano, actividades como el turismo, el desarrollo costero y el tráfico marítimo pueden contribuir involuntariamente a propagar la EPTCD. Algunas teorías apuntan al agua de lastre y a los equipos de buceo contaminados como posibles portadores de la enfermedad. Las altas concentraciones de centros de buceo y el aumento del tráfico de embarcaciones en determinadas zonas podrían agravar su propagación.
Además, factores como la mala calidad del agua, la sedimentación y la eutrofización -a menudo consecuencias de actividades humanas- pueden estresar aún más a los corales, aumentando la probabilidad de brotes de EPTCD. Todos estos factores ponen de relieve la compleja naturaleza de la EPTCD y la necesidad de seguir investigando para comprender mejor y contrarrestar esta enfermedad.
Implicaciones y Esfuerzos de Conservación
La rápida propagación de la EPTCD en las Islas de la Bahía subraya la urgente necesidad de adoptar medidas de conservación. La gran dependencia de estas islas de unos arrecifes de coral saludables para el turismo pone de relieve la importancia de abordar las repercusiones de la enfermedad.
Los esfuerzos de colaboración entre organizaciones no gubernamentales (ONG), organismos gubernamentales y empresas locales han sido cruciales para evaluar la gravedad de la enfermedad, mitigar sus efectos y crear conciencia sobre la conservación de los arrecifes de coral.
Nuestras herramientas más eficaces para el monitoreo y la intervención contra esta devastadora enfermedad son las ONG locales y nuestros socios dedicados. Su profundo conocimiento del medio ambiente y su inquebrantable compromiso con su protección tienen un valor incalculable. Si aprovechamos este poder de colaboración, hay esperanza para los arrecifes de coral.
Dra. Antonella Rivera, Investigadora Principal de CORAL para el Caribe Occidental
Las lecciones aprendidas de la propagación de la EPTCD en Honduras pueden aportar información valiosa para otras naciones caribeñas que se enfrentan a retos similares.
¿Qué Viene Después?
La rápida propagación de la enfermedad de pérdida de tejido en corales duros en las Islas de la Bahía de Honduras sirve de llamada de atención para una acción inmediata en la conservación de los arrecifes de coral. Para combatir esta devastadora enfermedad y proteger los ecosistemas de inestimable valor que amenaza, debemos unirnos y emprender acciones intencionadas.
He aquí dos formas prácticas de contribuir:
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Si te interesa profundizar en la investigación y comprender las complejidades de la EPTCD y su difusión en las Islas de la Bahía, te invitamos a leer el artículo completo. Proporciona información valiosa sobre la enfermedad y ofrece recomendaciones sobre estrategias eficaces de prevención.
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