La Defensa de un Corredor Biológico

En 2018, se aprobó una ley que abrió partes de la costa norte de Honduras a la pesca comercial; antes, solo los pescadores artesanales podían pescar en determinadas zonas. Aunque parte de la costa se encuentra dentro de áreas marinas protegidas (AMP), sospechamos que las poblaciones de peces a lo largo de la costa estaban conectadas. Si las AMP no estaban conectadas de algún modo, nos preocupaba que la nueva pesca comercial pudiera devastar las poblaciones de peces. Así que empezamos a trabajar con la Universidad Católica de la Santísima de Concepción (Chile) y otros aliados en un nuevo proyecto de investigación.

El año pasado, los resultados confirmaron nuestra hipótesis: las poblaciones de peces de las AMP de la costa oriental del Caribe en Trujillo (Honduras) estaban conectadas con las de las AMP de la costa occidental del Caribe en la Bahía de Tela (Honduras). Los datos demuestran que los peces viajan entre las dos zonas y que, para proteger plenamente a las especies clave, es necesario crear un corredor protegido.

Ahora, nuestro equipo está trasladando esa información a la acción: estamos trabajando para definir los límites de un corredor biológico que proteja a los peces cuando se desplacen entre las zonas protegidas y luego utilizaremos estos datos para abogar por nuevas medidas de protección costera.

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