Durante una entrevista reciente, la Dra. Antonella Rivera, Investigadora Principal de CORAL en Honduras, resumió perfectamente nuestro enfoque de la conservación: “Si realmente queremos marcar la diferencia con la ciencia, tenemos que involucrar a las personas más afectadas”
Las personas y las comunidades siempre están a la vanguardia de nuestro trabajo para salvar los arrecifes de coral.
Y ahora, la Dra. Rivera y nuestra Directora Regional de Programa para la Región Mesoamericana, Jenny Myton, y el Coordinador de Programa, Julio San Martín Chicas, cuentan con la investigación que demuestra que este enfoque funciona.
Recientemente publicaron un estudio de cinco años sobre el co-manejo de pesquerías en la Bahía de Tela, Honduras en Sustainability Science. Con el título Transición al co-manejo en las pesquerías de arrecifes del Caribe: estudio de caso de la Bahía de Tela, el estudio identifica dos factores clave para lograr un manejo exitoso de las pesquerías en la Bahía de Tela, Honduras: relaciones interpersonales sólidas y grupos de trabajo diversos y colaborativos.
En 2016, con las poblaciones de peces peligrosamente bajas para las múltiples y distintas comunidades que dependen de ellas para la seguridad alimentaria y el sustento (el 90% de lo que se pesca en la Bahía de Tela se consume localmente), un grupo de pescadores de la Bahía de Tela se sumó a la mesa con CORAL y nuestros aliados, dispuestos a encontrar soluciones. En el pasado, ni los enfoques gubernamentales ni los enfoques externos relativos al manejo pesquero habían tenido mucho éxito. Esta vez, sin embargo, la supervivencia estaba en juego y navegar por un camino hacia adelante era esencial.
“Tradicionalmente, la gestión de la pesca en Honduras era muy vertical”, señala la Dra. Rivera, “lo que significa que el gobierno elaboraba reglamentos que a veces estaban respaldados por los investigadores, otras veces no, y los pescadores no siempre los cumplían porque no formaban parte del proceso de elaboración de esos reglamentos y no necesariamente estaban de acuerdo con ellos.”
En CORAL, creemos en el trabajo desde los cimientos. Empezamos con la población local identificando sus necesidades y a los líderes de la comunidad, y luego les proporcionamos las herramientas y los recursos que necesitan para proteger sus propios recursos. “Como ONG, nos mantenemos como observadores neutrales en el proceso de superación de los desacuerdos”, dice la Dra. Rivera. “Estamos allí como un actor externo escuchando ambos lados de la historia”.
Durante cinco años, nuestro equipo en Tela trabajó para construir una red de relaciones interpersonales entre los sectores público y privado. Realizamos entrevistas abiertas con partes interesadas gubernamentales y no gubernamentales, sostuvimos diálogos comunitarios en seis comunidades pesqueras de la bahía de Tela, realizamos encuestas detalladas sobre las condiciones socioeconómicas para evaluar las prácticas pesqueras locales y la dependencia de la pesca en las distintas culturas, e identificamos las percepciones de los pescadores respecto a la gobernanza y las relaciones interpersonales.
El resultado fue un grupo colaborativo de individuos e instituciones locales comprometidos con la preservación de la Bahía de Tela. El grupo creó un sólido plan de manejo conjunto para proteger las pesquerías de Tela en el que participaron ONGs, representantes de la comunidad y el gobierno. Y debido a que todas las partes interesadas están involucradas y tienen un interés creado, el plan está funcionando: las poblaciones de especies previamente sobreexplotadas, como el pargo, ahora se mantienen en niveles sostenibles, lo que brinda beneficios tanto a los arrecifes como a las personas que dependen de ellos.
“En este caso, todos vinieron a la mesa para determinar juntos los reglamentos”, dice la Dra. Rivera. “Dado que todos formaron parte del proceso y estuvieron de acuerdo con la reglamentación, están comprometidos con su aplicación. Ellos diseñaron y aprobaron estas reglas, por lo que también se están asegurando de que sus vecinos que provienen de diferentes comunidades sigan las reglas. Funciona.”
Según la Dra. Rivera, Myton y San-Martín Chicas, el establecimiento de relaciones sigue siendo la base del éxito de este plan. “La confianza, uno de los principales aspectos del capital social, requiere tiempo para construirse y se pierde fácilmente”, escriben en su artículo publicado. “Por lo tanto, es importante seguir invirtiendo en esquemas que promuevan la confianza, como las asociaciones de pescadores y las organizaciones aliadas”.
En el caso de la Bahía de Tela, el primer paso para construir una estructura de co-manejo exitoso fue fortalecer las instituciones locales y delinear planes de gobernanza. Una vez hecho esto, la estructura de poder compartido tenía una base sólida para sostenerse. Y ahora que el plan está en funcionamiento, mantener la confianza y las relaciones entre las diversas organizaciones y entidades sigue siendo altamente prioritario. En otras palabras, la clave fue construir alianzas, algo que CORAL ha estado haciendo durante casi 35 años.
Cuando se le preguntó si su estancia en la Bahía de Tela le había transformado como científica, la Dra. Rivera se tomó un momento para reflexionar antes de responder. “Realmente me cambió porque mi pasión es asegurar que las comunidades tengan voz en el proceso, pero sigo siendo un científico y tengo que tratar de mantenerme imparcial. Pero como parte de este proceso, te sumerges; llegas a conocer a todo el mundo, a sus hijos, cuáles son sus aspiraciones. Realmente te vuelves más empático con su experiencia y comprendes cuáles son sus necesidades “.
Ese cambio que describe la Dra. Rivera es lo que tiene de poderoso construir este tipo de puentes: cuando se reúne a la gente y se asegura que todos tengan un lugar en la mesa, eso cambia a la gente. Genera el tipo de confianza y empatía que conduce a la colaboración y, en última instancia, conduce al manejo exitoso de los arrecifes de coral.
